miércoles, 11 de septiembre de 2013

¿Un chiste?


Un chiste o una broma en nuestras aulas escolares serían impensables, imaginen a un profesor riéndose o llorando con sus estudiantes seria un total sacrilegio. En los últimos años, nuestras aulas escolares han sido un sinónimo del video Another Brick in the Wall. Claro, no vayamos a los extremos, pero parece que nuestras aulas no han cambiado mucho desde ese entonces y no sólo por la formación de las butacas y las cuatros paredes y el techo, mas bien, me refiero a ese estilo tan formalista y conductista de la enseñanza donde toda clase de sentimiento  es suprimido por parte de los integrantes.

Pero entonces ¿Las emociones son un factor determinante en el proceso de enseñanza - aprendizaje? Por supuesto que lo son, pero en los últimos años las emociones han sido enseñadas como conceptos de competencia que solo han sido cuantificados como kilos de tomate. 

Un ejemplo de ello, lo visualizamos en la materia de Ética y Valores que se lleva en educación secundaria, ya que en lugar de ser analizada y dialogada con los alumnos, es calificada a través de la memorización de conceptos, como si a partir de ello se pudiera medir el nivel moral que ha adquirido. Quizás, esto suene absurdo, pero es la realidad de los mapas curriculares implementados por la  Secretaria de Educación Básica. 

En este sentido, las emociones a diferencia de la enseñanza de otros conocimientos, deben implementarse en cierto sentido que involucre al estudiante como un ser integral de actitudes positivas que comparte y comprende a los demás y no como el individuo que tiene que repetir y memorizar el significado de las palabras como amor, odio, coraje, ira, etc. A esas actitudes positivas es a lo que llama Goleman inteligencia emocional. 

Goleman, autor de esta obra, describe que la parte emocional juega un papel importante en el desarrollo humano, ya que gran parte de nuestra vida esta ligada a una serie de emociones que determinan nuestras decisiones y conductas, las cuales afectan nuestra vida personal, académica y profesional. 




Un claro ejemplo de estas decisiones y conductas se ve reflejado en la película titulada Freedom Writers, Esta esta película  refleja la realidad de muchos niños y jóvenes que viven sumergidos en la violencia y dadas esa circunstancia, sus conductas se reflejan en su bajo nivel académico. 

Erin Gruwell protagonista de esta experiencia, propone una forma de canalizar esas emociones a través de la escritura. A partir de esta propuesta, logra un cambio significativo en la parte emocional y académica de sus estudiantes. Pues a través de las emociones logra que ellos puedan comprender las circunstancias bajo las cuales viven los demás. Para alcanzar esto, Gruwell establece el diario como técnica de trabajo en clase. A través de esto, logra que los alumnos se vinculen a el diario emocionalmente como un medio de desahogar su problemas personales. 

                                  

Si las emociones, según Goleman, son sentimientos, pensamientos, estados biológicos, estados psicológicos y todo tipo de tendencias a la acción que lo caracterizan. Entonces por qué seguimos reduciendo las emociones a solo conceptos memorizados. Si la escritura es una herramienta de autodescubrimiento y comprensión de los demás, por lo tanto, debería ser utilizada como ese vehículo que permite a los estudiantes mostrarse tal como son y sin miedo a ser juzgados por lo que hacen o hicieron. 

3 comentarios:

  1. Te acuerdas Adriana del efecto domino que hacia tu risa en la clase del maestro René y solo eramos cuatro en la clase, bueno hasta llanto había pero de risa ji ji ji.

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  2. Te acuerdas Adriana del efecto domino que hacia tu risa en la clase del maestro René y solo eramos cuatro en la clase, bueno hasta llanto había pero de risa ji ji ji.

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